quinta-feira, 29 de setembro de 2011

Evangelio de Tomás

Estos son los dichos secretos que Jesús en vida habló y que Judas Tomás el Gemelo registró.
Dicho 1
 El dijo, “Quienquiera que halle la interpretación a estos dichos no probará la muerte.”
Dicho 2
Jesús dijo, “Que aquel que busca no deje de buscar hasta que encuentre.
Cuando encuentre, sufrirá perturbación.
Cuando sufra perturbación, se asombrará, y reinará sobre todo.”  
Dicho 3
Jesús dijo, “Si vuestros líderes os dicen: He aquí, el reino está en el firmamento. Entonces los pájaros del cielo llegarán allí antes que vosotros. Si os dicen: Está en el mar. Entonces los peces llegarán allí antes que vosotros.”
“Más bien, el reino está dentro de vosotros y fuera de vosotros. Cuando os conozcáis a vosotros mismos, entonces seréis conocidos, y comprenderéis que sois hijos del Padre  viviente. Pero si no os conocéis a vosotros mismos, entonces vivís en la pobreza y encarnáis la pobreza.”
Dicho 4
Jesús dijo, “Una persona anciana de gran edad no dudará en preguntar a un niño acerca del reino de la vida, y esta persona vivirá. Porque muchos de los primeros serán los últimos, y llegarán a ser uno solo.”
Dicho 5
Jesús dijo, “Conoced lo que está dentro de vuestra visión, y lo que está oculto a vosotros se os hará claro. Pues no hay nada oculto que no vaya a ser revelado.”
Dicho 6
Sus discípulos le preguntaron:
“¿Quieres que ayunemos?
¿Cómo debemos rezar?
¿Debemos dar a la caridad?
¿Qué comida podemos tomar?”
Jesús dijo, “No mintáis ni hagáis lo que no os gusta, pues todo está claro para el cielo. Porque no hay nada oculto que no vaya a ser revelado, ni nada cubierto que no vaya a ser descubierto.”
Dicho 7
Jesús dijo, “Bienaventurado el león que se come el humano, para que el león se haga humano.
Maldito el humano que se come el león, para que el león se haga humano.”
                                                  
Dicho 8
Dijo, “Una persona es como un pescador sabio que lanzó una red al mar y la sacó del mar llena de peces pequeños. Entre ellos el pescador sabio descubrió un buen pez grande. Así que el pescador arrojó al mar a todos los peces pequeños, y sin dudarlo se quedó con el pez grande. Quien tenga oídos para oír debería escuchar.”
Dicho 9
Jesús dijo, “He aquí, el sembrador fue, tomó un puñado de semillas y las esparció. Algunas cayeron en el camino, y los pájaros vinieron y se las comieron. Otras cayeron sobre piedra, y no echaron raíces en el suelo ni produjeron espigas de grano. Otras cayeron entre espinas y las espinas estrangularon las semillas y los gusanos se las comieron. Sin embargo, otras cayeron en buen suelo y dieron una buena cosecha: la producción fue de sesenta por medida y de ciento veinte por medida.”
Dicho 10
Jesús dijo, “He lanzado fuego al mundo y, mirad, lo mantengo hasta que prenda.”
Dicho 11
Jesús dijo, “Este cielo pasará, y el cielo que está sobre él pasará.”
“Los muertos no están vivos, y los vivos no morirán.”
“Durante los días en los que comisteis lo que está muerto, le disteis vida.”
Cuando os iluminéis, ¿qué haréis?
El día en que fuisteis uno, os volvisteis dos. Pero cuando lleguéis a ser dos, ¿qué haréis?”
Dicho 12
Los discípulos dijeron a Jesús, “Sabemos que nos vas a dejar. ¿Quién nos va a dirigir entonces?”
Jesús les dijo, “No importa donde residáis, tenéis que acudir a Santiago el Justo, por quien el cielo y la tierra fueron hechos.”
Dicho 13
Jesús dijo a sus discípulos, “Comparadme con alguien, y decidme a quién me parezco.”
Simón Pedro le dijo, “Eres como un ángel justo.”
Mateo le dijo, “Eres como un filósofo sabio.”
Tomás le dijo, “Maestro, mi boca es totalmente incapaz de decir a quién te pareces.”
Jesús dijo, “No soy vuestro maestro. Os habéis intoxicado porque habéis bebido de la fuente burbujeante que yo he tendido.” Y tomó a Tomás y se retiró, y le dijo tres cosas.
Cuando Tomás volvió con sus amigos, le preguntaron, “¿Qué te ha dicho Jesús?”
Tomás les dijo,  “Si os contase tan solo una de las cosas que me dijo, cogeríais rocas y me apedrearíais. Entonces un fuego saldría de las rocas y os devoraría.
                                                 
Dicho 14
Jesús les dijo,
“Si ayunáis, traeréis el pecado sobre vosotros.
Si rezáis, seréis condenados.
Si dais dinero a la caridad, dañaréis vuestros espíritus.
“Cuando vayáis a cualquier país y vaguéis de aquí para allá, y la gente os reciba, comed lo que os sirvan y curad a sus enfermos. Pues lo que entre por vuestra boca no os contaminará; Sino que lo que salga de vuestra boca os contaminará.”
Dicho 15
Jesús dijo, “Quizá la gente piensa que he venido a traer la paz al mundo. Ellos no saben que he venido para traer conflictos a la tierra: fuego, espada, guerra. Porque de cinco personas que estarán en una casa:
Tres estarán contra dos
Y dos contra tres,
El padre contra su hijo
Y el hijo contra su padre,
Y se quedarán solos.”
Dicho 17
Jesús dijo, “Os daré Lo que ningún ojo ha visto, Lo que ningún oído ha escuchado, Lo que ninguna mano ha tocado, Y lo que nunca ha surgido en una mente humana.”
Dicho 18
 Los discípulos dijeron a Jesús, “Háblanos sobre el final.”
Jesús dijo, “Habéis ya descubierto el principio para que ahora podáis buscar el final? Porque donde esté el principio, el final estará.
Bienaventurado el que se mantiene firme en el principio: ese conocerá el final, y no probará la muerte.”
Dicho 19
Jesús dijo “Bienaventurado el que llegó a la vida antes de llegar a la vida.” “Si os hacéis mis discípulos y escucháis mis dichos, estas piedras os servirán.” “Pues hay cinco árboles en el Paraíso para vosotros. No cambian, ni en invierno ni en verano, y sus hojas no se caen. Quien sepa de ellos no probará la muerte.”
                                                
Dicho 20
Los discípulos dijeron a Jesús, “Dinos cómo es el reino del cielo.”
El les dijo, “Es como una semilla de mostaza, la más pequeña de todas las semillas. Pero cuando cae sobre suelo preparado, crece y se hace una planta grande y da refugio a los pájaros del cielo.”
Dicho 21
 María dijo a Jesús, “¿A quién se parecen tus discípulos?”
El dijo, “Son como niños pequeños que viven en un campo que no es suyo. Cuando vengan los dueños del campo, dirán, “Devolvednos el campo.” Los niños se quitarán la ropa en presencia de los dueños y así les devolverán el campo.”
“Por esta razón digo: si el dueño de una casa sabe que viene un ladrón, el dueño estará en guardia antes de que venga el ladrón, y no dejará que el ladrón allane la morada de la propiedad y robe las posesiones.”
“En lo que respecta a vosotros, entonces, guardaos del mundo. Ceñíos y preparaos para la acción, para que los ladrones no encuentren ninguna forma de triunfar sobre vosotros, pues el problema que esperáis vendrá.
“Que haya entre vosotros una persona que entienda. Cuando la cosecha estuvo lista, un segador vino de prisa con una hoz en la mano y la recogió. Quien tenga oídos para oír debe escuchar.”
Dicho 22
 Jesús vio algunos bebés que estaban siendo amamantados. Le dijo a sus discípulos, “Estos bebés que maman son como los que entran en el reino.”
Ellos le dijeron, “¿Entonces nosotros entraremos en el reino como bebés?”
Jesús les dijo. “Cuando hagáis que los dos sean uno, cuando hagáis lo interior como lo exterior y lo exterior como lo interior, y lo de arriba como lo de abajo, cuando hagáis de lo masculino y lo femenino una sola cosa, de tal forma que lo masculino no sea masculino y lo femenino no sea femenino, cuando hagáis ojos que reemplacen el ojo, una mano que reemplace la mano, un pie que reemplace el pie, y una imagen que reemplace la imagen, entonces entraréis en el reino.”
Dicho 23
Jesús dijo, “Yo os elegiré, uno entre mil y dos entre diez mil, y estos serán uno sólo.”
                                             
Dicho 24
Sus discípulos dijeron, “Muéstranos el lugar donde estás, pues debemos buscarlo.”
El les dijo, “Todo el que tenga oídos para oír, debería escuchar. Hay luz dentro de una persona iluminada y brilla en todo el mundo. Si la luz no brilla, está oscuro.”
  Dicho 25
 Jesús dijo, “Ama al compañero tuyo como a tu vida, protege a éste como a la pupila de tus ojos.”
Dicho 26
Jesús dijo, “Veis la mota que está en el ojo de vuestro compañero, pero no veis la viga que está en vuestro propio ojo. Cuando saquéis la viga de vuestro propio ojo, entonces veréis lo suficiente como para sacar la mota del ojo de vuestro compañero.”
Dicho 27
“Si no os abstenéis del mundo, no encontraréis el reino. Si no guardáis el Sabbath como un Sabbath, no veréis al Padre.”
Dicho 28
Jesús dijo, “Me situé en medio del mundo, y en carne me aparecí a la gente. Los encontré a todos bebidos, y no encontré a ninguno sediento. Sentí dolor en el alma por estos niños humanos, pues son ciegos de corazón y no ven, que vinieron vacíos al mundo, y buscan también irse vacíos del mundo. Pero ahora están bebidos. Cuando estén sobrios, se arrepentirán.”
Dicho 29
Jesús dijo, “Sería sorprendente que la carne hubiese sido hecha por el espíritu, pero aun más sorprendente sería si el espíritu hubiese sido hecho por el cuerpo. Sin embargo estoy asombrado de cuánta riqueza se ha asentado en tal pobreza.”
Dicho 30
Jesús dijo, “Donde hay tres deidades, éstas son divinas. Donde hay dos o una, yo estoy presente.”
Dicho 31
 Jesús dijo, “Un profeta no es popular en su ciudad natal, Un doctor no cura familia ni amigos.”
Dicho 32
Jesús dijo, “Una ciudad establecida y fortificada sobre una colina elevada no puede caerse ni se la puede ocultar.”
                                                  
Dicho 33
 Jesús dijo, “Predicad desde vuestros tejados lo que escuchéis por vuestros oídos. Pues nadie enciende una lámpara y luego la pone bajo una cesta, ni nadie la coloca en una esquina escondida. Si no que se la pone en un soporte para que todos los que vayan y vengan vean su luz.”
Dicho 34
Jesús dijo, “Si un ciego conduce a otro ciego, ambos caerán en un hoyo.”
Dicho 35
Jesús dijo, “No se puede entrar en la casa de una persona fuerte y tomarla por la fuerza sin atarle las manos al dueño. Después se puede saquear la casa.”
Dicho 36
 Jesús dijo, “No os preocupéis, desde la mañana hasta la noche y desde la noche hasta la mañana, de lo que oigáis” 
Dicho 37
Sus discípulos dijeron, “¿Cuándo te aparecerás a nosotros, y cuándo te veremos? Jesús dijo, “Cuando os desnudéis y no estéis avergonzados, y toméis vuestras ropas y las arrojéis bajo vuestros pies como niños pequeños y las pisoteéis, entonces veréis al hijo del Viviente y no tendréis miedo.”
Dicho 38
Jesús dijo, “A menudo habéis deseado oír estos dichos que os estoy contando, y no tenéis a nadie más de quien oírlos. Habrá días en los que buscaréis pero no me encontraréis.”
Dicho 39
Jesús dijo, “Los Fariseos y los escribas han tomado las llaves del conocimiento y las han ocultado. No han entrado ellos, ni han dejado que entrasen los que desean entrar. En lo que respecta a vosotros, sed tan listos como serpientes y tan inocentes como palomas.”
Dicho 40
Jesús dijo, “Una vid ha sido plantada lejos del Padre. Puesto que no está sana, será arrancada de raíz y destruida.”
Dicho 41
 Jesús dijo, “A quien tenga algo en las manos se le dará más, y a quien no tenga nada se le quitará incluso lo poco que esa persona tiene.”
Dicho 42
 Jesús dijo, “Sed errantes.”
                                       
Dicho 43
Sus discípulos le dijeron, “¿Quién eres tú para decirnos estas cosas?”
“No sabéis quién soy por lo que os digo. En vez de eso os habéis hecho como los judíos: O aman el árbol pero odian su fruto, o aman el fruto pero odian el árbol”.
Dicho 44
 Jesús dijo, “Todo el que blasfeme contra el Padre será perdonado, y todo el que blasfeme contra el Hijo será perdonado. Pero quien blasfeme contra el Espíritu Santo no será perdonado, ni en la tierra ni en el cielo”
Dicho 45
Jesús dijo, “No se recogen uvas de arbustos con espinas, ni se toman higos de los cardos, pues tales plantas no dan fruto. Una buena persona saca lo bueno del almacén, mientras que una persona mala saca lo malo del almacén corrupto del corazón, y dice cosas malas. Porque de la abundancia del corazón produce mal esta persona .”
Dicho 46
Jesús dijo, “Desde Adán a Juan el Bautista, de entre los nacidos de mujer, nadie es mayor que Juan el Bautista como para no tener que inclinar la cabeza ante Juan. Sin embargo, he dicho que quien de entre vosotros se haga como un niño conocerá el reino, y será mayor que Juan.
Dicho 47
Jesús dijo, “Una persona no puede montar a dos caballos o doblar dos arcos, y un siervo no puede servir a dos señores. Ese siervo respetaría a uno y ofendería al otro”. “Nadie bebe vino antiguo e inmediatamente desea beber vino nuevo. El vino nuevo no se echa en odres viejos, pues se pueden romper, y el vino antiguo no se echa en odres nuevos, pues el vino se puede estropear”. “No se cose un parche viejo en una prenda nueva, porque se rasgaría.”
Dicho 48
Jesús dijo, “Si dos hacen las paces en una misma casa, dirán a la montaña, ‘¡Muévete’ y se moverá!”
Dicho 49
Jesús dijo, “Bienaventurados los que estáis solos y habéis sido elegidos: encontraréis el reino. Pues habéis venido de él, y allí volveréis de nuevo.”
Dicho 50
Jesús dijo, “Si algunos os dicen. ‘¿De dónde habéis venido?’ Decidles, ‘Hemos venido de la luz, donde la luz fue hecha por ella misma, se estableció, y apareció en una imagen de luz’. “Si os dicen, ‘¿Sois vosotros la luz?’ Decid, ‘Somos sus hijos, y hemos sido elegidos por el Padre viviente’. “Si os preguntan, ‘Cuál es la evidencia de vuestro Padre en vosotros?’ Decidles, ‘Es el movimiento y el reposo.’
                                                     
Dicho 51
 Sus discípulos le dijeron, “¿Cuándo tendrá lugar el reposo final para los muertos, y cuándo vendrá el nuevo mundo?” El les dijo, “Lo que buscáis ya ha venido, pero no lo sabéis.”
Dicho 52
 Sus discípulos le dijeron, “Veinticuatro profetas han hablado en Israel, y todos han hablado de ti.” El les dijo, “Habéis ignorado al Viviente que está con vosotros, y habéis hablado sólo de los muertos.”
Dicho 53
Sus discípulos le dijeron, “¿es útil la circuncisión o no?
El les dijo, “Si fuese útil, un padre produciría los hijos ya circuncidados de su madre. En su lugar, la verdadera circuncisión espiritual es útil en todos los aspectos.”
Dicho 54
Jesús dijo, “Bienaventurados los pobres: vuestro es el reino de los cielos.”
Dicho 55
Jesús dijo, “Quien no odie a su padre y madre no puede ser mi discípulo, y quien no odie a sus hermanos y hermanas, y lleve la cruz como yo lo hago, no será digno de mí.”
Dicho 56
Jesús dijo, “Todo el que ha venido a conocer al mundo ha descubierto una carcasa, y todo el que ha descubierto una carcasa se merece más que el mundo.”
Dicho 57
Jesús dijo, “El reino del Padre es como una persona que tenía unas semillas buenas. Un enemigo fue por la noche y esparció hierbajos entre las semillas buenas. El granjero no dejó que los trabajadores arrancasen los hierbajos, sino que les dijo, ‘Tengo miedo de que vayáis a arrancar los hierbajos no sea que arranquéis el trigo junto con ellos.’ Mas, en la siega los hierbajos se verán fácilmente y serán arrancados y quemados.”
Dicho 58
Jesús dijo, “Bienaventurado el que ha sufrido: ése ha encontrado la vida.”
Dicho 59
Jesús dijo, “Mirad al Viviente mientras viváis, para que no podáis morir y después intentéis ver al Viviente pero seáis incapaces de ver.”
                                                
Dicho 60
Vieron a un Samaritano que llevaba un cordero e iba a Judea.
El dijo a sus discípulos, “¿Por qué lleva el cordero con él?”
Ellos le dijeron, “Para poder matarlo y comérselo.”
El les dijo, “No se lo comerá mientras esté vivo, sino solo después de que lo maten y se haya convertido en una carcasa.”
Ellos dijeron, “No puede ocurrir de otra manera.”
El les dijo, “Así sucede también con vosotros: buscad un lugar de descanso para vosotros, para que no os convirtáis en una carcasa y seáis comidos.”
Dicho 61
Jesús dijo, “dos estarán descansando sobre un sofá:
Uno vivirá,
Uno morirá.”
Salomé dijo, “¿Quién eres, señor? Te sentaste en mi sofá y comiste de mi mesa como si fueses alguien.”
Jesús le dijo,
“Yo soy del Uno que está completo,
se me otorgaron los bienes de mi Padre.”
Salomé dijo. “Yo soy tu discípula.”
Jesús dijo, “Por esto digo:
El que esté íntegro será llenado de luz,
Pero el que está fragmentado será llenado con oscuridad.”
                                                      
Dicho 62
Jesús dijo, “Yo revelo mis misterios a los que son dignos de mis misterios. No dejéis que vuestra mano izquierda sepa lo que vuestra mano derecha está haciendo.”
Dicho 63
Jesús dijo, “Había un granjero rico que tenía gran cantidad de dinero. El granjero dijo, ‘Voy a invertir mi dinero para poder sembrar, cosechar, plantar y llenar mis almacenes de productos. Entonces lo tendré todo.’ Estos eran los planes, pero esa misma noche el granjero murió. Quien tenga oídos debería escuchar.”
Dicho 64
Jesús dijo, “Cierta persona iba a recibir invitados. Cuando la cena estuvo lista, el anfitrión envió a un sirviente para invitar a los convidados.
“El sirviente fue al primero y dijo, ‘Mi señor te invita.’
“El invitado dijo, ‘Unos comerciantes me deben dinero, y van a venir a verme esta noche. Debo ir a darles instrucciones. Por favor dispénsame de la cena.’
“El sirviente fue a otro invitado y dijo, ‘Mi señor te invita.’
“El invitado dijo, ‘He comprado una casa, y tengo que ausentarme por este día. No tengo tiempo.’
“El sirviente fue a otro invitado y dijo, ‘Mi señor te invita.’
“El invitado dijo, ‘Se va a casar mi amigo, y tengo que preparar la cena, así que no podré ir. Por favor, dispénsame de la cena.’
“El sirviente fue aún a otro invitado y dijo, ‘Mi señor te invita’
“El invitado dijo, ‘He comprado una granja, y voy a recoger el alquiler, así que no podré ir. Por favor, discúlpame.’
“El sirviente volvió y díjole al señor, ‘Los que ha invitado a cenar han pedido ser disculpados.’
“El señor le dijo al sirviente, ‘Sal a las calles y trae a quienquiera que encuentres para tomar mi cena.’
“La gente de negocios y los comerciantes no entrarán en el reino de mi Padre.
                                          
Dicho 65
El dijo, “Había una buena persona que poseía un viñedo. El propietario lo alquiló a unos labradores, para que los labradores lo trabajasen y el propietario recogiese la ganancia. El propietario envió a un sirviente, para que los labradores entregasen la ganancia del viñedo, pero, en lugar de eso, agarraron, golpearon y casi mataron al sirviente. Así el sirviente volvió y se lo contó al señor. El señor dijo, ‘Quizás el sirviente no les conocía.’
“El propietario envió a otro sirviente, y los labradores le golpearon también.
“Entonces el señor envió a su hijo y dijo, ‘Quizá muestren algo de respeto a mi hijo.’ Pero, puesto que los labradores sabían que si hijo era el que iba a heredar el viñedo, atraparon y mataron al hijo.
“Quien tiene oídos debe escuchar.”
Dicho 66
Jesús dijo, “Mostradme la piedra que rechazaron los constructores: esa es la piedra angular.”
Dicho 67
Jesús dijo,
“Quien lo sepa todo pero carezca interiormente no tiene nada.”
Dicho 68
Jesús dijo,
“Bienaventurados seréis cuando os odien y persigan,
y nadie descubrirá el lugar dónde os han perseguido.”
Dicho 69
Jesús dijo,
“Bienaventurados los que han sido perseguidos en sus corazones:
ellos conocen verdaderamente al Padre.
“Bienaventurados los que tienen hambre, porque el estómago de los hambrientos será llenado.”
Dicho 70
Jesús dijo,
“Si sacáis lo que está dentro de vosotros, lo que tenéis os salvará.
Si no tenéis eso dentro de vosotros, lo que no tenéis dentro de vosotros os destruirá.”
Dicho 71
Jesús dijo, “Destruiré esta casa, y nadie podrá reconstruirla.”
Dicho 72
Una persona le dijo, “Dile a mis familiares que dividan la propiedad de mi padre conmigo.”
El dijo, “Señor, ¿quién me hizo una persona que dividiese?”
Se volvió a sus discípulos y les dijo, “Yo no soy una persona que divida, ¿verdad?
Dicho 73
Jesús dijo, “La cosecha es grande pero los obreros son pocos, por tanto rogad al Señor que envíe obreros a la cosecha.”
Alguien dijo, “Señor, muchos están alrededor del pozo, pero nadie está en el pozo.”
Jesús dijo, “Muchos están al lado de la puerta, pero aquellos que estén solos entrarán a la cámara nupcial.
Dicho 74
Jesús dijo, “El reino del Padre es como un comerciante que tenía una provisión de mercancía y luego encontró una perla. Entonces el comerciante fue listo: vendió la mercancía y compró esa única perla para él.
“Así es también para vosotros: buscad el tesoro
inagotable,
permanente,
donde ninguna polilla viene a comérselo,
y ningún gusano lo destruye.”

Dicho 75
Jesús dijo,
“Yo soy la luz que está sobre todas las cosas.
Yo soy todo: todo salió de mí, y todo llegó a mí.
Partid un trozo de madera, y allí estoy yo.
Tomad una piedra, y allí me encontraréis.”
Dicho 76
Jesús dijo, “¿Por qué habéis salido al campo? ¿Para ver cómo el viento sopla sobre la hierba? ¿Y para ver a una persona con ropas costosas, como vuestros gobernantes y aristócratas?
Ellos visten con ropas costosas, pero no pueden entender la verdad.”
Dicho 77
Una mujer de la multitud le dijo, “Bendito es el vientre que te tuvo y los pechos que te alimentaron.”
El le dijo,
Bienaventurados los que han escuchado la palabra del Padre y verdaderamente la han guardado.
Porque llegará la hora en que diréis, ‘Bendito es el vientre que no ha concebido y los pechos que no han producido leche.’
Dicho 78
Jesús dijo,
“Todo el que ha venido a conocer el mundo ha descubierto el cuerpo,
y todo el que ha descubierto el cuerpo se merece más que el mundo.”
                                                
Dicho 79
Jesús dijo,
“Que el que sea realmente rico reine,
y que el que tenga poder renuncie a él.”
Dicho 80
Jesús dijo,
“Quien está cerca de mí esta cerca del fuego, y quien está lejos de mí está lejos del reino.”
Dicho 81
Jesús dijo, “Las imágenes son visibles a la gente, pero la luz interior está oculta en la imagen de luz del Padre. El se revelará, pero su imagen está oculta por su luz.”
Dicho 82
Jesús dijo,
“Cuando veis un retrato vuestro, os ponéis contentos.
Pero cuando veáis las imágenes de vosotros que fueron hechas antes que vosotros, y no mueren ni se hacen visibles, ¡cuánto seréis capaces de tolerar!”
Dicho 83
Jesús dijo, “Adán salió de un gran poder y una gran riqueza, pero no era digno de vosotros.
Pues si hubiese sido digno, no habría probado la muerte.”
Dicho 84
Jesús dijo, “Los zorros tienen guaridas y los pájaros tienen nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene donde reposar su cabeza y descansar.”
                                                       
Dicho 85
Jesús dijo,
“Despreciable es el cuerpo que depende de otro cuerpo, y despreciable es el alma que depende de ambos.”
Dicho 86
Jesús dijo, “Los ángeles y los profetas vendrán a vosotros y os darán lo que es vuestro. Vosotros en respuesta, dadles lo que tenéis, y decíos a vosotros mismos, ‘¿Cuándo vendrán a tomar lo que es suyo?’
Dicho 87
Jesús dijo, “¿Por qué laváis la parte de fuera de la copa? ¿No comprendéis que quien hizo la parte de dentro también hizo la parte de fuera?”
Dicho 88
Jesús dijo, “Venid a mí, pues mi carga es ligera y mi mandato es suave, y encontraréis paz para vosotros.”
Dicho 89
Ellos le dijeron, “Dinos quién eres para que podamos creer en ti.”
El les dijo, “Estudiáis la superficie del cielo y de la tierra, pero no habéis llegado a conocer al que está ante vosotros, y no sabéis como estudiar este momento.”
Dicho 90
Jesús dijo, “Buscad y encontraréis. En el pasado no contestaba todas vuestras preguntas. Ahora estoy dispuesto a contestarlas, pero ya no preguntáis.
Dicho 91
“No deis lo que es santo a los perros, porque pueden soltarlo en un montón de estiércol.
No arrojéis perlas a los cerdos, porque pueden dejarlas sin valor.”
                                         
Dicho 92
Jesús dijo,
“Quien busque encontrará,
a quien llame se le dejará entrar.”
Dicho 93
Jesús dijo,
“Si tenéis dinero, no lo prestéis con intereses. Mejor, dádselo a alguien que no lo vaya a devolver.”
Dicho 94
Jesús dijo, “El reino del Padre es como una mujer que tomó un poco de levadura, la metió en una masa, e hizo grandes barras de pan. Quien tenga oídos debe escuchar.”
Dicho 95
Jesús dijo, “El reino del Padre es como una mujer que llevaba una jarra llena de harina. Mientras caminaba por un camino lejos de casa, el asa de la jarra se rompió y la harina se derramó tras ella por el camino. Ella no lo sabía: no se había dado cuenta del problema. Cuando llegó a su casa, bajó la jarra y descubrió que estaba vacía. 
Dicho 96
Jesús dijo, “El reino del Padre es como alguien que quiso dar muerte a una persona fuerte. Sacó su espada en casa y dio una estocada en la pared, para averiguar si su mano la atravesaría. Después mató a la persona fuerte.”
Dicho 97
Los discípulos le dijeron, “Tus hermanos y tu madre están fuera.”
El les dijo, “Aquellos que están aquí que hacen la voluntad de mi Padre son mis hermanos y mi madre. Ellos entrarán en el reino de mi Padre.”  
Dicho 98
Le mostraron a Jesús una moneda de oro y le dijeron, “La gente del César exige que paguemos los impuestos.”
El les dijo,
“Dad al César lo que es del César,
dadle a Dios lo que es de Dios,
y dadme a mí lo que es mío.  
                                          
Dicho 99
“Quien no odie a su padre y madre como yo no puede ser mi discípulo, y quien no ame a su padre y madre como yo no puede ser mi discípulo.
Pues mi madre...,1
Pero mi verdadera madre me dio la vida.”  
Dicho 100
Jesús dijo, “Ay de los Fariseos, pues son como un perro que duerme en el comedero de las vacas; ni come el perro ni deja comer a las vacas.”  
Dicho 101
Jesús dijo,
“Bienaventurada la persona que sabe cuándo van a entrar los ladrones.
Puede entonces la persona ponerse en movimiento, reunir los bienes, y prepararse para la acción antes de que irrumpan los ladrones.”  
Dicho 102
Ellos le dijeron, “Ven, recemos hoy, y ayunemos.”
Jesús dijo, “¿Qué pecado he cometido, o en qué he errado?
“Mejor, cuando el novio salga de la cámara nupcial, que la gente ayune y rece.”  
Dicho 103
Jesús dijo, “Quien reconozca a su padre y madre será llamado el hijo de una ramera.”  
Dicho 104
Jesús dijo,
“Cuando hagáis que los dos sean uno, os haréis hijos del hombre, y cuando digáis, ‘¡Montaña, muévete!’ se moverá.”  
                                          
Dicho 105
Jesús dijo, “El reino es como un pastor que tenía cien ovejas. Una de ellas, la más grande, se extravió. El pastor dejó las noventa y nueve y buscó a ésa hasta que la encontró. Después de tener este problema, el pastor le dijo a la oveja, ‘Te amo más que a las noventa y nueve.’  
Dicho 106
Jesús dijo, “Todo el que beba de mi boca será como yo,
y yo seré esa persona,
y lo que está oculto le será revelado.”  
Dicho 107
Jesús dijo, “El reino es como una persona que tenía un tesoro oculto en un campo pero no lo sabía. A su muerte el propietario dejó el campo a su hijo. El hijo tampoco tenía conocimiento del tesoro, pero tomó posesión del campo y lo vendió. El comprador estuvo arando y descubrió el tesoro, y comenzó a prestar dinero con intereses a quien le pareció.”  
Dicho 108
Jesús dijo,
“Que el que encuentre el mundo y se haga rico, renuncie al mundo.”  
Dicho 109
Jesús dijo, “Los cielos y la tierra serán enrollados ante vosotros, pero todo el que viva del Viviente no conocerá la muerte ni el miedo.”  
Dicho 110
Jesús dijo, “Quien encuentre el yo se merece más que el mundo.”  
Dicho 111
Jesús dijo,
“¡Ay de la carne que depende del alma!
¡Ay del alma que depende de la carne!”  
Dicho 112
Sus discípulos le dijeron, “¿Cuándo vendrá el reino?”
“No vendrá por buscarlo. Ni tampoco por decir, ‘¡Mirad, aquí! ¡Mirad, allí!’ Más bien, el reino del Padre está extendido por la tierra, pero la gente no lo ve.”  
Dicho 113
Simón Pedro les dijo, “Que María nos deje, pues las mujeres no son dignas de la vida.”
Jesús dijo, “He aquí, yo la conduciré para hacerla un varón, para que ella pueda también hacerse un espíritu viviente como vosotros los hombres. Pues toda mujer que se haga varón entrará en el reino del cielo.”

Evangelho de Tomé

"Introdução:

Em dezembro de 1945, alguns felás (beduínos egípcios) deslocavam-se com seus camelos por perto de um rochedo chamado Jabal al-Tarif, que margeia o rio Nilo, no Alto Egito, não muito longe da moderna cidade de Nag Hammadi. Eles estavam procurando um tipo de fertilizante natural na área, chamado sabaque. No sopé do Jabal al-Tarif começaram a cavar em torno de uma pedra que caíra no talude, e, sem esperarem, encontraram um jarro de armazenagem com um recepiente selado na parte superior. Um dos felás, chamado Muhammad Ali Samman, quebrou o jarro com uma picareta na esperança de encontrar algo valioso, talvéz um pequeno tesouro. Deve ter ficado um tanto quanto decepcionado ao ver que, em vez de ouro ou algum tipo de objeto de igual valor, no jarro só havia fragmentos de papiros. Muhammad Ali Samman, sem querer ou se dar conta, havia descoberto treze livros de papiro (códices), a que hoje chamamos de a biblioteca copta de Nag Hammadi, dois anos antes de outra descoberta famosa, a dos Manuscritos do Mar Morto, conjunto de documentos encontrados na Palestina e que haviam pertencido a uma comunidade judáica que professavam uma forma ascética diferente de judaísmo, conhecido como essênios. Porém, apesar destes últimos manuscritos terem tido maior divulgação, serem mais famosos e terem sido alvos de debates, os primeiros possuem, todavia, caráter muito mais revolucionário, em especial por estarem ligados diretamente ao cristianismo. Além de outras obras valiosas, entre estes papiros estava algo muito interessante: o chamado Evangelho de Tomé, que é uma coletânea de sentenças de Jesus que teriam sido compiladas, segundo a primeira frase deste Evangelho, por Judas Tomé, O Gêmeo. Antes desta descoberta excepcional, os estudiosos dos evangelhos já tinham algumas referências dos pais da Igreja referentes a um documento denominado Evangelho de Tomé (ou de Tomás). Porém, o conteúdo deste documento punha em xeque alguns posicionamentos dogmáticos da Igreja. Cirilo de Jerusalém, em suas Catequeses 6.31 afirmava que o Tomé que escreveu este Evangelho não era um seguidor de Jesus, mas um maniqueu - um maniqueísta, portanto, seguidor gnóstico e místico de Mani, mestre herético do século III. Só que, atualmente, é quase consenso de que o texto de Nag Hammadi foi bem escrito antes do movimento maniqueísta ter vindo à lume e, ainda mais, tudo indica que a cópia copta deste evangelho se baseia em um texto ainda mais antigo, provavelmente escrito em grego e/ou aramaico, a língua falada por Cristo. Além dos testemunhos dos chamados padres da Igreja, temos fragmentos de três papiros gregos - encontrados num monte de lixo em Oxirronco, atual Behnesa, no Egito -, publicados em 1897, e que contêm sentenças de Jesus quase idênticas aos encontrados no Evangelho de Tomé de Nag Hammadi, escrito em língua copta. Estes papiros eram representantes de edições gregas do Evangelho de Tomé. Ao contrário dos outros evangelhos conhecidos, quer sejam canônicos ou apócrifos, o Evangelho de Tomé não expõe em nada narrativas sobre a vida de Jesus de Nazaré, mas atém-se especificamente às sentenças que teriam sido proferidas por Jesus a seus discípulos.
O que chegou à nós, em formas de textos evangélicos, não são mais do que interpretações sobre os dizeres do Cristo feito por discípulos, já que Jesus não deixou nada escrito, tudo o que dele sabemos é de segunda ou terceira mão, sendo o primeiro evangelho sinótico, o de Marcos, sido escrito provavelmente por volta do ano 60, ainda que baseado - segundo experts - em um texto anterior, chamado de quelle - fonte, em alemão, e que muitos pensam estar contido em grande parte no Evangelho de Tomé.
A tradução abaixo foi feita pelo professor e filósofo Huberto Rohden, baseada na versão francesa de Phillipe de Suarez, feita diretamente dos manuscritos em língua copta.

O EVANGELHO DE TOMÉ
Estas são as palavras secretas de Jesus, o vivo, que foram escritas por Didymos Tau'ma (Tomé (Tomás), o gêmeo)


1. Quem descobrir o sentidos dessas palavras, não provará a morte.

2. Quem procura, não cesse de procurar até achar; e, quando achar, será estupefato; e, quando estupefato, ficará maravilhado - e então terá domínio sobre o Universo.

3. Jesus disse: Se vossos guias vos disserem: ‘o reino está no céu', então as aves vos precederam; se vos disserem que está no mar, então os peixes vos precederam. Mas o reino está dentro de vós, e também fora de vós. Se vos conhecerdes, sereis conhecidos e sabereis que sois filhos do Pai Vivo. Mas, se não vos conhecerdes, vivereis em pobreza, e vós mesmos sereis essa pobreza.

4. O homem idoso perguntará, nos seus dias, a uma criança de sete dias pelo lugar da vida - e ele viverá. Porque muitos primeiros serão últimos, e serão unificados.
5. Conhece o que está ante os teus olhos – e o que te é oculto te será revelado; porque nada é oculto que não seja manifestado.

6. Perguntaram os discípulos a Jesus: Queres que jejuemos? Como devemos orar? Como dar esmolas? Que alimentos devemos comer?
Respondeu Jesus: Não mintais a vós mesmos, e não façais o que é odioso! Porquanto todas essas coisas são manifestas diante do céu. Não há nada oculto que não seja manifestado, e não há nada velado que, por fim, não seja revelado.

7. Bendito o leão comido pelo homem, porque o leão se torna homem! Maldito o homem comido pelo leão, porque esse homem se torna leão!
8. Ele disse: O homem se parece com um pescador ajuizado, que lançou sua rede ao mar. Puxou para fora a rede cheia de peixes pequenos. Mas entre os pequenos o pescador sensato encontrou um peixe bom e grande. Sem hesitação, escolheu o peixe grande e devolveu ao mar todos os pequenos. Quem tem ouvidos para ouvir, ouça!
9. Disse Jesus: Saiu o semeador. Encheu a mão e lançou a semente. Alguns grãos caíram no caminho; vieram as aves e os cataram. Outros caíram sobre os rochedos; não deitaram raízes para dentro da terra nem mandaram brotos para o céu. Outros ainda caíram entre espinhos, que sufocaram a semente e o verme a comeu. Outra parte caiu em terra boa, e produziu fruto bom rumo ao céu; produziu sessenta por uma, e cento e vinte por uma.
10. Disse Jesus: Eu lancei fogo sobre a terra – e eis que o vigio até que arda.
11. Disse Jesus: Este céu passará, e passará também aquele que está por cima deste. Os mortos não vivem, e os vivos não morrerão. Quando comíeis o que era morto, vós o tornáveis vivo. Quando estiverdes na luz, que fareis? Quando éreis um, vos tornastes dois; mas, quando fordes dois, que fareis?

12. Os discípulos perguntaram a Jesus: Sabemos que nos vais deixar. E quem será então nosso chefe? Respondeu Jesus: No ponto onde estais, ireis ter com Tiago, que está a par das coisas do céu e da terra.

13. Disse Jesus a seus discípulos: Comparai-me e dizei-me com quem me pareço eu.
Respondeu Simão Pedro: Tu és semelhante a um anjo justo.
Disse Mateus: Tu és semelhante a um homem sábio e compreensivo.
Respondeu Tomé: Mestre, minha boca é incapaz de dizer a quem tu és semelhante.
Replicou-lhe Jesus: Eu não sou teu Mestre, porque tu bebeste da Fonte borbulhante que te ofereci e nela te inebriaste.
Então levou Jesus Tomé à parte e afastou-se com ele; e falou com ele três palavras. E, quando Tomé voltou a ter com seus companheiros, estes lhe perguntaram: Que foi que Jesus te disse? Tomé lhes respondeu: Se eu vos dissesse uma só das palavras que ele me disse, vós havíeis de apedrejar-me - e das pedras romperia fogo para vos incendiar.

14. Jesus disse-lhes: Se jejuardes, cometereis pecado. Se orardes, sereis condenados. Se derdes esmolas, prejudicareis ao espírito. Quando fordes a um lugar onde vos receberem, comei o que vos puserem na mesa e curai os doentes que lá houver. Pois o que entra pela boca não o torna um homem impuro, mas sim o que sai da boca, isto vos tornará impuros.
15. Se virdes alguém que não seja filho de mulher, prostrai-vos de rosto em terra e adorai-o – ele é vosso Pai.
16. Talvez os homens pensem que eu vim para trazer paz à terra, e não sabem que eu vim para trazer discórdias à terra, fogo, espada e guerra. Haverá cinco numa casa, três contra dois, dois contra três; pai contra filho, e filho contra pai. E serão solitários.

17. Eu vos darei o que nenhum olho viu, nenhum ouvido ouviu, nenhuma mão tangeu, e que jamais surgiu no coração do homem.

18. Perguntaram os discípulos a Jesus: Como será o nosso fim? Respondeu-lhes Jesus: Descobristes o princípio, para que estejais procurando o fim? Pois onde estiver o princípio ali estará o fim. Feliz de quem está no princípio; também conhecerá o fim - e não provará a morte.

19. Disse Jesus: Feliz daquele que era antes de existir. Se vós fordes meus discípulos e realizardes as minhas palavras, estas pedras vos servirão. Há no vosso paraíso cinco árvores, que permanecem inalteradas no inverno e no verão, e cujas folhas não caem; quem as conhecer, esse não provará a morte.

20. Disseram os discípulos a Jesus: Dize-nos, a que se assemelha o Reino do céus?
Respondeu-lhes ele: Ele é semelhante a um grão de mostarda, que é menor que todas as sementes; mas, quando cai em terra, que o homem trabalha, produz um broto e se transforma num abrigo para as aves do céu.

21. Disse Maria a Jesus: Com quem se parecem os teus discípulos?
Respondeu Jesus: Parecem-se com garotos que vivem num campo que não lhes pertence. Quando aparecem os donos do campo, dirão estes: Deixai-nos o nosso campo. E eles desnudam-se diante deles e lhes deixam o campo.
Por isto vos digo eu: Se o dono da casa sabe quando vem o ladrão, vigia antes da sua chegada e não o deixará penetrar na casa do seu reino para lhe roubar os haveres. Vós, porém, vigiai em face do mundo; cingi os vossos quadris com força para que os ladrões não encontrem caminho até vós. E possuireis o tesouro que desejais. Sede como um homem de experiência, que conhece o tempo da colheita, e, de foice na mão, ceifará o trigo. Quem tem ouvidos para ouvir, ouça.

22. Jesus viu crianças de peito a mamarem. E ele disse a seus discípulos: Essas crianças de peito se parecem com aqueles que entram no Reino. Perguntaram-lhe eles: Se formos pequenos, entraremos no Reino?
Respondeu-lhes Jesus: Se reduzirdes dois a um, se fizerdes o interior como o exterior, e o exterior como o interior, se fizerdes o de cima como o de baixo, se fizerdes um o masculino e o feminino, de maneira que o masculino não seja mais masculino e o feminino não seja mais feminino - então entrareis no Reino.

23. Disse Jesus: Eu vos escolherei, um entre mil, e dois entre dez mil. E eles aparecerão como um só.

24. Seus discípulos pediram: Mostra-nos o lugar onde tu estás, pois precisamos procurá-lo. Respondeu-lhes ele: Quem tem ouvidos, ouça! Há luz dentro dum ser luminoso, e ele ilumina o mundo inteiro. Se não o iluminar, ele é escuridão.

25. Disse Jesus: Ama a teu irmão como a tua própria alma e cuida dele como da pupila dos teus olhos.

26. Jesus disse: Tu vês o cisco no olho do teu irmão, e não vês a trave no teu próprio olho. Se tirares a trave do teu próprio olho, verás claramente como tirar o cisco do olho do teu irmão.

27. Se não jejuardes em face do mundo, não achareis o Reino; se não guardardes o sábado como sábado, não vereis o Pai.

28. Jesus disse: Eu estava no meio do mundo e me revelei a ele corporalmente. Encontrei todos embriagados, e não encontrei nenhum deles sedento. E minha alma sofria dores pelos filhos dos homens, porque eles são cegos no seu coração e nada enxergam. Assim como entraram no mundo vazios, querem sair do mundo vazios. Agora estão bêbados, e só se converterão se abandonarem o seu vinho.
29. Jesus disse: Se a carne foi feita por causa do espírito, é isto maravilhoso. Mas, se o espírito foi feito por causa do corpo, é isto a maravilha das maravilhas. Eu, porém, estou maravilhado diante do seguinte: Como é que tamanha riqueza foi habitar em tanta pobreza?
30. Jesus disse: Onde há três deuses, eles são deuses. Onde há dois ou um, eu estou com ele.

31. Nenhum profeta é aceito em sua cidade, nem pode um médico curar os que o conhecem.

32. Jesus disse: Uma cidade situada num monte e fortificada, não pode cair, nem pode permanecer oculta.

33. O que ouvirdes com um ouvido, anunciai-o com o outro do alto dos telhados; porque ninguém acende uma lâmpada e a põe debaixo do velador, nem em lugar oculto, mas sim no candelabro, para que todos os que entram e saem vejam a luz.
34. Jesus disse: Quando um cego guia outro cego, ambos cairão na cova.

35. Jesus disse: Ninguém pode penetrar na casa do forte e prendê-lo, se antes não lhe ligar as mãos; só depois pode saquear-lhe a casa. (Nos outros evangelhos, esse texto é relacionado com o episódio em que Jesus expulsara um demônio, e seus inimigos o acusaram de ser aliado de satanás. Então Jesus faz um paralelo entre “o forte”, que é satanás, e “o mais forte”, que é o Cristo)
36. Jesus disse: Não andeis preocupados, da manhã até a noite, e da noite até a manhã, sobre o que haveis de vestir.

37. Perguntaram os discípulos a Jesus: Em que dia nos aparecerás? Em que dia te veremos?
Respondeu Jesus: Se vos despojardes do vosso pudor; se, como crianças, tirardes os vossos vestidos e os colocardes sob os vossos pés, percebereis o filho do Vivo – e não conhecereis temor.

38. Jesus disse: Muitas vezes desejastes ouvir estas palavras que vos digo, e não achastes ninguém que vo-las pudesse dizer. Virão dias em que me procurareis e não me achareis.

39. Disse Jesus: Os fariseus e os escribas tiraram a chave do conhecimento e a ocultaram. Nem eles entraram nem permitiram entrar os que queriam entrar. Vós, porém, sede inteligente como as serpentes e simples como as pombas.

40. Jesus disse: Uma videira foi plantada fora daquilo que é do Pai; e, como não tem vitalidade, será extirpada pela raiz e perecerá.

41. Jesus disse: Aquele que tem algo na mão, esse receberá; e aquele que não tem, esse até perderá o pouco que tem.

42. Disse Jesus a seus discípulos: Sede transeuntes!
43. Disseram-lhe seus discípulos: Quem és tu que nos dizes tais coisas? Respondeu-lhes ele: Pelas coisas que vos digo não conheceis quem eu sou? Vós sois como os judeus, que amam a árvore e detestam o seu fruto; ou amam o fruto e detestam a árvore.

44. Disse Jesus: Quem blasfemar contra o Pai receberá a graça; quem blasfemar contra o Filho receberá a graça; mas quem blasfemar contra o Espírito Santo esse não receberá a graça, nem na terra nem no céu.

45. Disse Jesus: Não se colhem uvas de espinheiros, nem figos de abrolhos, que não produzem frutos. O homem bom tira coisas boas do seu tesouro; o homem mau tira coisas más do tesouro mau do seu coração, fala coisas más da abundância do seu coração.

46. Disse Jesus: Desde Adão até João Batista, não há ninguém maior entre os nascidos de mulher do que João Batista, porque seus olhos não foram violados. Mas eu disse: Aquele que entre vós se tornar pequeno conhecerá o Reino e será maior do que João.

47. Disse Jesus: O homem não pode montar em dois cavalos, nem pode retesar dois arcos. O servo não pode servir a dois senhores, pois ele honra um e ofende o outro. Nenhum homem que bebeu vinho velho deseja beber vinho novo. Não se coloca vinho novo em odres velhos, com medo que se rompam; vinho novo se coloca em odres novos, para que não se perca. Não se cose um remendo velho em roupa nova, para não causar rasgão.

48. Disse Jesus: Se dois viverem em paz e harmonia na mesma casa, dirão a um monte "sai daqui! " – e ele sairá.
49. Disse Jesus: Felizes sois vós, os solitários e os eleitos, porque achareis o Reino. Sendo que vós saístes dele, a ele voltareis.

50. Disse Jesus: Se os homens vos perguntarem donde viestes, respondei-lhes: Nós viemos da luz, lá onde ela nasce de si mesma, surge e se manifesta em sua imagem. E se vos perguntarem: Quem sois vós? Respondei-lhes: Nós somos os filhos eleitos do Pai vivo. Se os homens vos perguntarem: Qual o sinal do Pai em vós? Respondei: É movimento e repouso ao mesmo tempo.

51. Seus discípulos perguntaram: Quando virá o repouso dos mortos e em que dia virá o mundo novo? Respondeu-lhes ele: Aquilo que vós aguardais já veio – mas vós não o conheceis.
52. Disseram-lhe os discípulos: Vinte e quatro profetas falaram em Israel, e todos falaram de ti. Respondeu-lhes ele: Rejeitastes aquele que está vivo diante de vós, e falais dos mortos.
53. Perguntaram-lhe os discípulos: A circuncisão é útil ou não? Respondeu-lhes ele: Se ela fosse útil, o homem já nasceria circuncidado. A verdadeira circuncisão é espiritual, e esta é útil a todos.
54. Disse Jesus: Felizes os pobres, porque vosso é o Reino dos céus.
55. Disse Jesus: Quem não odiar seu pai e sua mãe não pode ser meu discípulo. Quem não odiar seus irmãos e suas irmãs não é digno de mim.
56. Disse Jesus: Quem conhece o mundo, achou um cadáver; e quem achou um cadáver, dele não é digno o mundo.
57. Jesus disse: O Reino do Pai é semelhante a um homem que semeou boa semente em seu campo. De noite, porém, veio seu inimigo e semeou erva má no meio da semente boa. O senhor do campo não permitiu que se arrancasse a erva má, para evitar que, arrancando esta, também fosse arrancada a erva boa. No dia da colheita se manifestará a erva má. Então será ela arrancada e queimada.

58. Feliz do homem que foi submetido à prova – porque ele achou a vida.
59. Disse Jesus: Olhai para o Vivo, enquanto viveis, pra que não morrais e desejeis ver aquele que já não podeis ver.

60. Ao entrarem na Judéia, eles viram um samaritano que carregava uma ovelha.
Jesus disse a seus discípulos: Por que a carrega?
Responderam eles: Para matá-la e comê-la.
Disse-lhes Jesus: Enquanto a ovelha está viva, ele não a poderá comer; só depois de morta e cadáver.
Replicaram eles: De outro modo não a pode comer.
Respondeu-lhes Jesus: Procurai para vós um lugar de repouso, para que não vos torneis cadáveres e sejais devorados.
61. Jesus disse: Haverá dois na mesma cama: um morrerá, o outro viverá.
Salomé disse: Quem és tu, ó homem? Como que saído de um só? Tu que usavas a minha cama e comias à minha mesa?
Responde Jesus: Eu vim daquele que é todo um em si; isto me foi dado por meu Pai.
Disse Salomé: Eu sou discípula tua.
Vem a propósito o dito: Quando o discípulo é vácuo, será repleto de luz; mas quando é dividido, ele será repleto de treva.

62. Eu revelo meus mistérios àqueles que são idôneos para ouvi-los. O que tua mão direta faz não o saiba a tua mão esquerda.

63. Disse Jesus: Um homem rico tinha muitos bens. E disse: Vou aproveitar os meus bens; vou semear, colher, plantar e encher meus armazéns, para que não me venha a faltar nada. Foi isto que ele pensou em seu coração. E nesta noite ele morreu.
Quem tem ouvidos para ouvir, ouça.

64. Disse Jesus: Um homem fez um banquete e, depois de tudo preparado, enviou seu servo para chamar os convidados. O servo foi ao primeiro e disse-lhe: Meu senhor te convida para o banquete. O homem respondeu: Uns negociantes me devem dinheiro; eles vêm à minha casa esta noite, e eu tenho de falar com eles; peço-te que me dispenses de comparecer ao jantar.
O servo foi até outro e disse: Meu senhor te convidou.
Este respondeu: Comprei uma casa, e marcaram um dia para mim; não tenho tempo para vir. O servo foi a outro e disse-lhe: Meu senhor te convida. Este respondeu: Um amigo meu vai casar-se, e eu fui convidado para preparar a refeição; não posso atender; favor dispensar-me.
O servo foi a outro ainda e disse-lhe: Meu senhor te convida. Este respondeu: Acabo de comprar uma fazenda e estou saindo para buscar o rendimento. Não poderei ir, por isso me desculpo.
O servo retornou e comunicou ao seu senhor: Os convidados ao banquete pedem que os dispenses de comparecerem.
Disse o senhor a seu servo: Vai pelos caminhos e traze os que encontrares, para que venham ao meu banquete; mas os compradores e negociantes não entrarão nos lugares de meu Pai.
65. Disse ele: Um homem tinha uma vinha. Arrendou-a a uns colonos para a cultivarem, a fim de receber deles o fruto. Enviou seu servo para receber o fruto da vinha. Os colonos prenderam o servo e o espancaram, deixando-o à beira da morte.
O servo voltou e contou a seu senhor o ocorrido. O senhor disse: Talvez não o tenham reconhecido. E enviou-lhes outro servo. Mas os colonos espancaram também este. Então o senhor mandou seu filho, dizendo: Talvez tenham respeito a meu filho.
Mas, como os camponeses soubessem que esse era o herdeiro da vinha, prenderam-no e o mataram.
Quem tem ouvidos para ouvir, ouça!

66. Disse Jesus: Mostrai-me a pedra que os construtores rejeitaram. Ela é a pedra angular.

67. Disse Jesus: Quem conhece o universo, mas não se possui a si mesmo, esse não possui nada.

68. Disse Jesus: Felizes sois vós, se vos rejeitarem e odiarem. E lá onde vos tiraram e odiaram não será encontrado lugar algum.
69. Disse Jesus: Felizes no seu coração são os perseguidos, os que na verdade conhecem o Pai. Felizes são os famintos, porque o corpo dos que sabem querer será saciado.

70. Jesus disse: Se fizerdes nascer em vós aquele que possuis, ele vos salvará; mas, se não possuirdes em vós a este, então sereis mortos por aquele que não possuis. (falando do corpo e da alma)
71. Disse Jesus: Destruirei esta casa, e ninguém a poderá reconstruir.
72 . Alguém diz a Jesus: Dize a meus irmãos que repartam comigo os bens de meu pai.
Respondeu Jesus: Homem, quem me constituiu partidor?
E dirigindo-se a seus discípulos, disse-lhes: Será que eu sou um partidor?

73. Disse Jesus: Grande é a safra, e poucos são os operários. Pedi, pois ao Senhor para que mande operários à sua seara.
74. Disse ele: Senhor, muitos rodeiam a fonte, mas ninguém entra na fonte.

75. Disse Jesus: Muitos estão diante da porta – mas somente os solitários é que entram na câmara nupcial.

76. Disse Jesus: O Reino é semelhante a um negociante que possuía um armazém. Achou uma pérola, e, sábio como era, vendeu todo o armazém e comprou essa pérola única. Procurai também vós o tesouro imperecível, que se encontra lá onde as traças não se aproximam para comê-lo nem os vermes o destroem.

77. Disse Jesus: Eu sou a luz, que está acima de todos. Eu sou o “Todo”. O Todo saiu de mim, e o Todo voltou a mim. Rachai a madeira – lá estou eu. Erguei a pedra – lá me achareis.
78. Disse Jesus: Por que saístes ao campo? Para verdes um caniço agitado pelo vento? Ou um homem vestido de roupas macias? Os reis e os grandes vestem roupas macias – e eles não poderão conhecer a verdade.

79. Uma mulher da multidão disse-lhe: Feliz o ventre que te gestou e os seios que te amamentaram.
Respondeu ele: Felizes os que ouviram o Verbo do Pai e viveram a Verdade. Porque dias virão em que direis: Feliz o ventre que não concebeu, e felizes os seios que não amamentaram.

80. Disse Jesus: Quem conheceu o mundo encontrou o corpo. Mas quem encontrou o corpo, desse tal não é digno o mundo. (o mundo material é um corpo morto, não digno do homem espiritual)

81. Quem ficou rico, saiba dominar-se; quem ficou poderoso, saiba renunciar.

82. Quem está perto de mim está perto da chama; quem está longe de mim está longe do Reino.

83. Disse Jesus: As imagens se manifestam ao homem, e a luz que está oculta nelas – na imagem da luz do Pai – se revelará, mas sua imagem permanecerá velada por sua luz.

84. Disse Jesus: Quando virdes a vossa semelhança, alegrai-vos. Mas, quando virdes o vosso modelo, que desde o princípio estava em vós e nunca morrerá, nem jamais se revela plenamente – será que suportareis isto?

85. Disse Jesus: Adão nasceu de um grande poder e de uma grande riqueza. Mas não era digno deles. Se deles fosse digno, não teria morrido.

86. Disse Jesus: As raposas têm as suas tocas; as aves têm os seus ninhos - mas o Filho do Homem não tem onde repousar a sua cabeça.

87. Miserável o corpo que depende de outro corpo, e miserável a alma que depende desses dois.

88. Os arautos e os profetas irão ter convosco e vos darão o que é vosso. Dai-lhes também vós o que é deles.

89. Disse Jesus: Por que lavais o exterior do recipiente? Não sabeis que o mesmo que creou o interior creou também o exterior?

90. Jesus disse: Vinde a mim, porque o meu jugo é suave e o meu domínio é agradável – e encontrareis repouso para vós mesmos.

91. Disseram-lhe eles: Dize-nos quem és tu, para que tenhamos fé em ti.
Respondeu-lhes ele: Vós examinais o aspecto do céu e da terra, mas não conheceis aquele que está diante de vós. Não sabeis dar valor ao tempo presente.

92. Disse Jesus: Procurai, e achareis. O que me perguntastes nesses dias, eu não vos disse; agora vos digo – e não me perguntais.

93. Não deis as coisas puras aos cães, para que não as arrastem ao lodo. Nem lanceis as pérolas aos porcos, para que não as conspurquem.

94. Quem procura achará; a quem bate abrir-se-lhe-á.

95. Quando tendes dinheiro, não o empresteis a juros, mas dai-o a quem não vos possa restituir.

96. O Reino do Pai é semelhante a uma mulher que tomou um pouco de fermento, misturou-o com a massa, e fez com ela grandes pães. Quem tem ouvidos para ouvir, ouça!

97. Disse Jesus: O Reino é semelhante a uma mulher que levava por um longo caminho uma vasilha cheia de farinha. Pelo caminho, uma alça da vasilha quebrou e a farinha se espalhou atrás dela sem que ela o percebesse; e por isto não se afligiu. Chegada em casa, ela colocou a vasilha no chão – e achou-a vazia.

98. Disse Jesus: O Reino do Pai é semelhante a um homem que quis matar um poderoso. Em sua própria casa ele desembainhou a espada e enfiou-a na parede para saber se sua mão era forte o suficiente para realizar a tarefa. Depois foi matar o poderoso.

99. Seus discípulos lhe disseram: Teus irmãos e tua mãe estão aguardando lá fora.
Respondeu-lhes ele: Os que, nesses lugares, fazem a vontade de meu Pai são os meus irmãos e minha mãe, e são eles que entrarão no Reino de meu Pai.

100. Mostraram a Jesus uma moeda de ouro e disseram: Os agentes de César exigem de nós o pagamento do imposto.
Respondeu ele: Dai a César o que é de César, e dai a Deus o que é de Deus - e dai a mim o que é meu.

101. Quem não abandona seu pai e sua mãe, como eu, não pode ser meu discípulo. E quem não amar a seu Pai e sua Mãe, como eu, esse não pode ser meu discípulo; porque minha mãe me gerou, mas minha Mãe verdadeira me deu a vida.

102. Disse Jesus: Ai dos fariseus! Eles se parecem com um cão deitado no cocho dos bois; não come nem deixa os bois comerem.

103. Disse Jesus: Feliz do homem que sabe por onde penetram os ladrões! Assim pode erguer-se, reunir forças e estar alerta e pronto antes que eles venham.

104. Disseram-lhe: Vinde, vamos hoje orar e jejuar. Respondeu Jesus: Que falta cometi eu, em que ponto sucumbi? Mas, quando o esposo sair da sua câmara nupcial, então oraremos e jejuaremos.

105. Disse Jesus: Quem conhece o seu pai e sua mãe, porventura será chamado filho de prostituta? (sobre a natureza Divina da alma)

106. Disse Jesus: Se de dois fizerdes um, então vos fareis Filhos do Homem. E então, se disserdes a este monte "retira-te daqui" – ele se retirará.

107. Disse Jesus: O Reino é semelhante a um pastor que tinha cem ovelhas. Uma delas se extraviou, e era a maior de todas. Ele deixou as noventa e nove e foi em busca daquela única até achá-la. E, depois de achá-la, lhe disse: eu te amo mais do que as noventa e nove.

108. Disse Jesus: Quem beber da minha boca se tornará como eu. E eu serei o que ele é. E as coisas ocultas lhe serão reveladas.

109. Disse Jesus: O Reino se parece com um homem que possuía um campo no qual estava oculto um tesouro de que ele nada sabia. Ao morrer, deixou o campo a seu filho, que também não sabia de nada; tomou posse e vendeu o campo – mas o comprador descobriu o tesouro ao arar o campo.

110. Disse Jesus: Quem encontrou o mundo e se enriqueceu, que renuncie ao mundo.

111. Disse Jesus: O céu e a terra se desenrolarão diante de vós, e quem vive do Vivente não verá a morte. Quem se acha a si mesmo, dele não é digno o mundo.

112. Disse Jesus: Deplorável a carne que depende da alma! Deplorável a alma que depende da carne!

113. Os discípulos perguntaram-lhe: Em que dia vem o Reino?
Jesus respondeu: Não vem pelo fato de alguém esperar por ele; nem se pode dizer ei-lo aqui! Ei-lo acolá! O Reino está presente no mundo inteiro, mas os homens não o enxergam.

114. Simão Pedro disse: Seja Maria afastada de nós, porque as mulheres não são dignas da vida.
Respondeu Jesus: Eis que eu a atrairei, para que ela se torne homem, de modo que também ela venha a ser um espírito vivente, semelhante a vós homens. Porque toda a mulher que se fizer homem entrará no Reino dos céus"

Texto retirado de http://www.saindodamatrix.com.br